No pudo con el cáncer que lo
llevo a la tumba; Pero venció otros males durante su carrera como docente e
investigador. Tuvo éxito en el tratamiento de ciertas alergias que suelen
afectar a la salud de los bolivarenses, entre ellas, un tipo de asma causado
por un bichito sin ojos y con tenazas que, aparentemente invisible, tiene como hábitat el polvo
doméstico de nuestras viviendas.
Miguel Eduardo Sambrano Perdomo,
médico cirujano, especializado en microbiología, nació el 20 de febrero de 1944
y falleció en la misma Ciudad Bolívar que lo vio nacer, victima de la
metástasis de un epitelioma localizado en el colon.
Estudió primaria en el Colegio
La Milagrosa, secundaria en el Peñalver y superior en la Facultad de Medicina
de Sevilla, donde también estudió microbiología e inmunología y llego a ser
instructor de la materia en la misma facultad durante cuatro años. Asimismo,
médico cirujano residente en la Unidad de Vigilancia Intensiva del Seguro
Social de Cádiz. Más tarde se especializó en alergología.
Al regresar a Venezuela y
mientras revalidaba en la Universidad de Carabobo, ejerció la medicina general
en El Manteco del Estado Bolívar y, posteriormente, hasta ingresar al
departamento de Parasitología de la Escuela de Medicina de la Universidad de
Oriente, prestó servicio en el Centro Médico del Seguro Social como cirujano
residente y médicos de las consultas externas de la medicina general de adultos
y niños.
Hizo carrera en la Escuela de
Medicina hasta llegar a profesor titular y en varios de los cincuenta eventos
científicos a los que asistió, presentó interesantes trabajos. Entre ellos,
sobre la fauna acarina alegógena, de investigación bacteriológica epidemiológica
de microbacterias atípicas en la orina de pacientes con afecciones del aparato
génito-urinario, la parasitosis intestinal en las poblaciones del Orinoco,
resistencia de los gérmenes a los tratamientos con antibióticos y contaminación
del Hospital Universitario “Ruiz y Páez”
por pseudomonas aeroginosas, en el ultimo caso, pusieron al
descubrimiento que muchos ingresados al Hospital con patologías diferentes,
complicaron su cuadro de enfermos a causa de la pseudomonas aeroginosas. Pero,
posiblemente, su trabajo más interesante sea el de los ácaros asociados al
proceso alérgico del asma.
De cada cien personas, unas
cinco padecen de asma o de “ahoguillo”,
nombre con el cual se conoce desde los tiempos de Hipócrates, un afamado médico
de la antigüedad, a quien le importaba más el honor que el sufrimiento de los
enemigos de la patria. Entonces –y todavía- el ahoguillo se curaba con magia,
también con brebajes y pócimas a base de aceite de raya o de reptiles, coco de
mono, corazón de morrocoy o de la sábila.
Afortunadamente, la ciencia no
se ha quedado atrás y desde la década del 40 se le ha dado gran impulso a la
investigación para tratar entre la enfermedad de la que poca gente muere, pero
la que muchos padecen y llevan una pesada cruz durante el resto de su vida.
En Madrid existe una institución
fundada por el médico Carlos Díaz Jiménez, dedicada al estudió del aparato
respiratorio y el mismo ha aportado a la humanidad valiosos conocimientos sobre
el asma.
Díaz Jiménez es uno de los
primeros que abrieron camino en cuanto a los nuevos conceptos de la fisiopatía
y tratamiento del asma e introdujo, incluso, dentro de la terapeuta física, los
ejercicios respiratorios. En la Escuela de este científico peninsular se formó
el doctor Miguel Sambrano Perdomo.
En el polvo domestico que suele
acumularse en los rincones de la casa, debajo de la cama, la biblioteca o la
cocina, Miguel Sambrano hallo un bichito sin ojos y con unas mandíbulas en
forma de tenazas causante de cierto tipo de alergia, entre ellas, el asma.
Se trata de ácaros o parásitos
arácnidos con cutícula parecida a la de su pariente la pulga. De esos bichitos se conoce 200 familias y
1.700 especies, entre las cuales, Sambrano logró clasificar las relacionado con
procesos de alergias de diversas índoles como el asma, la renitos, la otitis y
la conjuntivitis.
De la fauna acarina alérgogena
del Estado Bolívar, aisló el “Dermatophagoides Pteronyssinus” y el “Gycyphagus domesticus”
cuyas cutículas tienen capacidad de respuestas alérgicas. El muestreo
cubrió 800 viviendas y 1.200 familias, entre las que se encontraron numerosos
casos de asma, otitis, renitos y conjuntivitis alérgica.
Existe dos tipos de asma: la
extrínseca que tiene que ver con agentes circundantes y, la extrínseca, que
obedece a una situación especial del individuo.
La extrínseca es el asma más relacionada con los fenómenos alérgicos
exógenos porque se debe a sustancias pululantes o con esta el ambiente.
El doctor Sambrano Perdomo,
quien por un tiempo me mantuvo informado de sus trabajos de investigación y a
quien a cierta ocasión acompañe a una de sus espontáneas campañas filantrópicas
para atender masivamente a la gente de las zonas rurales, no contó que cuando
se iniciaba en su carrera de alergólogo asomó en un Congreso la posibilidad del
polen como agente causante del asma en determinados casos, y sus colegas
delegados se rieron de el. Hoy en día esta demostrado hasta el punto de que en
Madrid el periódico ABC informa diariamente, tal como lo hace en el estado del
tiempo, sobre la cantidad de polen por metro cúbico copulan en el
ambiente, a fin de que los alérgicos
tomen sus previsiones al salir a la calle. En cuanto al asma intrínseca, es muy
difícil de curar porque obedece a mecanismo interno del organismo o de la
hemostasis.
Existe un tercer tipo de asma,
resultante una combinación de la extrínseca con la intrísica, pero tratamiento
es individual y previa determinación de los agentes causantes. Cuando se
localizan las causas, es posible preparar vacunas que inmunizan al individuo
contra los agentes histamínicos. El asma generalmente curable es la extrínseca.
La intrínsica es mucho más difícil y quien la sufre lleva puesta esta cruz por
el resto de su vida. La ciencia, en todo caso, lo más que logra es hacer
llevadero el mal, pero suele serlo crónico por los efectos secundarios que
origina el exceso de esteroides y adrenalina. El uso y abuso de la clásica
perita que antes se empleaba con adrenalina dio a casos de muerte. Hoy en día
esto esta superado y los medicamentos indicados hacen menos tortuosos el
padecimiento del asma intrínsica. Sin estadísticas claras.
Las estadísticas sobre
morbilidad y mortalidad a causa de esta enfermedad respiratoria, no son
suficientemente claras en Venezuela. Más lo son las de otros países como Estados
Unidos de Norteamérica, donde los indicadores señalan hasta un cinco por ciento de personas que sufren respuestas
alérgicas respiratorias. Asimismo, son asmáticos el 2.5 por ciento de los
niños. Hay países donde esta enfermedad es endémica, mientras que en otros los
casos son relativamente aislados.
En los trabajos de investigación
realizados por el doctor Sambrano Perdomo en el Estado Bolívar, prevalecen los
casos de asma extrínsecas, es decir,
aquellos desencadenados por agentes externos como la caspa de animal, el polen
de las plantas, las excreciones de arácnidos parásitos como los ácaros y
algunos alimentos y cosméticos, pero poca gente sabe que este tipo de asma
puede curarse previa determinación del agente con la causa.
A su consultorio, generalmente,
llegaban los asmáticos desahuciados y en estado crónico que una vez
investigados y localizado el agente responsable de el mal, se posibilitaba la
elaboración de una vacuna inmunizante. El noventa por ciento de los casos
atendidos por el resultaron extrínsecos, pero observaba que el guayanés era muy
pegado al brebaje y a las curaciones mágicas religiosas que, por lo común, no
conducen a nada: padres desesperados que
sacrificaban a un morrocoy para obligar hijo a tragarse el corazón, aún
latiendo, del animal; padres que lo hacen consumir grasa de culebra de
cascabel, ingerir aceite de seje o tomar preparados a base de hoja de
colombiana.
El doctor Sambrano Perdomo, una
vez determinado un caso de asma extrínseco procedía en el ambiente circundante
del paciente a localizar el agente causante y con las sustancias responsables
de la respuesta asmáticas elabora un antígeno que aplicaba al enfermo para
provocar anticuerpos.
Con relación a los ácaros, el
polvo doméstico contiene sustancias derivadas de estos arácnidos microscópicos
y con ellas realizaba pruebas interdérmicas, es decir, elaboraban antígenos
utilizando las propias muestras obtenidas en la casa del paciente. El polvo
doméstico es el que proporciona el antígeno inductor y con el como materia prima,
Sambrano Perdomo preparaba una vacuna que inmuniza para siempre ese tipo de asma extrínseco.
El asma no es más que un
problema de oxigenación. Quien la padece vive angustiado por una sed de aire
sobreacumulado en los alveologos de sus pulmones a causa de mediadores
farmacológicos que producen una bronco-contrición.
El asmático es reconocido por su
jadeo silbante y por su estado de tensión emocional que le va conformando una
personalidad diferente. En el caso de los niños asmáticos, se ha venido observando
y el doctor Miguel Sambrano lo reitera con sus propias historias, que son muy
nerviosos, pero a la vez muy inteligentes.
El asma, propiamente, no se
hereda. Se heredan, en todo caso, las
condiciones somáticas, unas condiciones genéticas propicias para una respuesta
alergias, bien sea en el terreno respiratorio, en el de la dermis o en el de la
otorrinolaringología, siempre y cuando se tropiece con el agente histamínico.
De lo contrario, no habrá descendientes asmáticos, aún cuando los padres no lo
sean.
Un buen consejo que dejo el
doctor Miguel Sambrano Perdomo a las madres es el de hacer el esfuerzo por
impedir que el asma crezca con el niño. Los males hay que atajarlos
prematuramente para después no sea más difícil la tarea terapéutica. Es recomendable
la consulta precoz porque durante los primeros años es cuando se facilita
óptimamente el tratamiento. En los adultos es más problemáticos por la
circunstancia casi de la automedicación y de una serie de vicios y actos
reflejos originados por tratamientos anteriores. Hay que recordar siempre que
el asma es causada por un agente externo es curable en un cien por ciento, pero
si es intrínsica, lo más que se puede lograr es ayudar al paciente a hacer más
llevadero su padecimiento mediante ciertos ejercicios y medicamentos.
Excelente reportaje maestro Fernández. Muchísimas gracias
ResponderEliminarExcelente reportaje maestro Fernández. Muchísimas gracias
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