lunes, 7 de diciembre de 2015

VÍCTOR MONEDERO


Con la muerte de Víctor Monedero murió también la actividad de la Plaza de Toros que levanto en 1915, casi a la misma orilla del río, y cuyos herederos vendieron la plaza ya en ruinas.

En 1915  la capital provincial se concentraba urbanísticamente en el llamado Casco Histórico, a penas si se atendía tímidamente con algunas casas dispersas hacia la llamada zona de los Morichales. Existía un movimiento comercial importante a través del Orinoco. Los citadinos ya habían dejado a un lado a los faroles  y desde 1911 se alumbraban con la electricidad que generaba una maquina de vapor alimentada con carbón antracita, la mayoría de las calles eran de piedras y las únicas atracciones eran las dominicales retretas de la Banda Marcial del Batallón Ribas en la Plaza Dalla Costa (Miranda) a las cinco de la tarde y a los ocho en la Plaza Bolívar, las películas salientes en el Cine América, carreras de caballos, a pie y de bicicleta en el hipódromo, peleas de gallo, las veladas, actos de magnetismo y representaciones de una que otra compañía artística foránea en el Teatro Bolívar y faltaba algo muy de nuestra herencia hispana que eran las corridas taurinas.

 Toros buenos había en las dehesas orinoqueñas, pero faltaba quien los metiera en el ruedo tal cual como ya se hacia en Maracay y Caracas.

De eso se ocupo de ese año el treintañero obrero español Víctor Monedero, quien se aburrió de vender periódico en la puerta del Sol de Madrid y se vino para América atraído por el señuelo que significaba entonces para los europeos de principios de siglos los trabajos de construcción del Canal de Panamá. El Canal de Panamá de 82 kilómetros quedo inaugurado en 1914 y fue entonces cuando Monedero Eligio como destino las tierras del Orinoco, de las que tanta había oído hablar a sus antepasados.

Víctor Monedero era un trabajador ilustrado, políticamente formado en la doctrina del anarquismo, de gran auge en Italia y España no obstante en sus precursores fueron el ingles Guillermo Godwin, el alemán Max Sitirner y el francés Pedro Poroudhon.

El anarquismo exalta los derechos individuales y era opuesto a la autoridad en cualquiera de sus formas. “Ni dioses ni amos. Toda obediencia es una abdicación” era uno de los lemas. Según los anarquistas, la libre iniciativa de las comunicaciones de trabajadores suplantaría a los gobiernos y de allí que Monederos, además de fundar a una imprenta y un circo halla tenido también como tarea principalísima contribuir a una fundación de  una Sociedad de Artesanos y Obreros, la cual presidio por un tiempo don Antonio Levanti y que incluso llego a ganar las elecciones del Congreso Municipal de Ciudad Bolívar el 25 de septiembre de 1938 desplazando a personalidades de gran peso económico y político como don Natalio Valery y A. J. Pietrantoni entre otros.

Cerca del desaparecido Cine Royal, en la calle Guzmán Blanco y en un terreno que en calidad de enfiteusis la cedió el Consejo Municipal, don Víctor Monedero construyo con cemento Pórtland su pequeña Plaza de Toros, la cual inauguro el 2 de mayo de 1915 con el debut de un torero que para un entonces era muy popular en la capital de la republica. Tal era Joaquín Briceño “El Trompa”.

El Trompa, acompañado de Paco, El Pintor, Boca Negra y del banderillero José Teperino llego desde el puerto de la Guaira por barco de Ciudad Bolívar el sábado 24 de abril y estreno la novedosa pequeña Plaza el domingo 2 de mayo. Una crónica de la antevíspera advierte “que el actuar circo yace a la falda poco serena de la ríspida Laja del Chivo, quien disfruta de un pavimento poco afelpado, y bueno es que la empresa haga acopio de árnica, y si posible mandar preparar a la botica Vargas el decisivo bálsamo de fiebres, cuya útil receta nos ha trasmitido el buen Sancho”.

Los bolivarenses respondieron entusiasmados y sumamente contagiados por la novedad de los toros, pero la corrida fue un fracaso a juzgar por las crónicas de la época. Se ofrecieron cinco reses traída de el funda “La Tigra”, de las cuales una iba ser escotada. Muy rara vez se mataba. Para loa bolivarenses los más importantes entonces era la lidia, capear y darle pasos de Verónicas. Entonces había dos escuelas taurinas en la España de Pedro Romero, introductor de la muleta de la Plaza Ronda: la pinturera de Sevilla que se complace en jugar con las fieras burlándose con fintas y capotazos y la Rondena de Pepe  Hillo, Sobria y dramática.

En el inaugural de la Plaza ni una la otra dieron resultados, pues por muy buena voluntad que le pusieron el Trompa, El Pintor, Don Paco y Boca Negra, la corrida se volvió un fiasco y a la res del sacrificio hubo que darle además de tres cuchilladas un sin numero de puntillazos. Para remendar el capote se le ofreció al soberano un becerro de dos pulgadas de pitones que resulto el complemento del desastre.

La cuadrilla reforzada llego con la llegada de los toreros Miguel Ullivari “Victoria”, Miguel Amado y Francisco Rastrollo “El Sevillano”, estuvo toreando todos los domingos hasta el 6 de mayo que se despidió ofreciendo su corrida al General  Juan Vicente Gómez, quien recién había sido reelecto.

Las corridas inaugurales del mes de mayo llevaron a Víctor Monedero a organizar en forma de una empresa taurina local que inicio el domingo 6 de junio una serie de temporadas con los toreros Victorias, Sevillano, Amado y el novato Luis Márquez. El Sevillano Francisco Rastrollo debía recibir la alternativa el domingo 13 de junio de manos de su paisano Miguel Ullivari “Victoria”, pero no fue posible debido a que esta había sido maltratado por un toro en la corrida anterior. Los trastos de matar debió recibirlos en la corrida el domingo 20 que estuvieron muy bien para Sevillano y Amado, no así para Victoria que aún no se reponía de sus males.
Al siguiente día, lunes 21, a las 9 y media de la mañana fue la desgracia. Uno de los toros de la lidiada del Apia anterior cogió al sevillano. Lo prendió por el pecho con el pistón derecho cuando fue al corral junto con Amado y varios peones para quitarles las banderillas. En una pared de la casa de Doña Flora, uno de los cuatro hijos que estuvo Monedero, se ven los cuernos del animal, un toro negro artifino, que todo en pleno corazón al torero Francisco Rastrollo sin que nada pudiera hacer los médicos Garcías Parra y Blanco Ledesma en el Hospital Ruiz. El Sevillano tenía 22 años apenas y era único hijo.

Por el Circo Monedero de Ciudad Bolívar pasaron entre muchos, Juan Luis de la Rosa “Carnicero de Málaga”; las toreras Jacinta Cruz y Consuelo Izquierdo; Vicente y Julio Mendoza y el famoso Cayetano Ordóñez “Niño de la Palma”, torero que dio la alternativa al guayanés Eduardo Melgar, hoy Eduardo Viamonte como tenor y cantante de opera.

Melgar que cumplió exitosa carrera de torero en Caracas y España, termino un buen día estudiando y cantando en la Julliard School de Nueva York. Casado hoy con la Soprano Rosita del Castillo, Melgar comenzó  su vida de torero en los corrales del Matadero municipal con el “Maestrito Cantini”, bedel del Liceo Peñalver y luego en el Circo Monedero con el Maestro Cayetano Ordóñez, padre de Antonio Ordóñez que fue gran figura, torero de mucha clase y a quien Federico García Lorca le dedicó aquel poema “Era la Ronda y se Llamaba Cayetano”.

Melgar debuto en Salamanca con Rafael y Curro Girón, la primera vez que se dio un cartel con tres venezolanos juntos. Fue una corrida del Sindicato de Espectáculos. Estuvo con Chamaco en una corrida realizada en Palma de Mayorca; en Barcelona con Jaime Ostos y Joaquín Bernardo, un torero que cada vez que figuraba con el guayanés salido del Circo Monedero, le iba mal.  Su última corrida fue en Benavete., provincia de Zamora, con el Rejoneador Peralta.

Pero el Circo Monedero no solo se prestaba para corridas taurinas, sino que allí también tenía lugar otro espectáculo como boxeo y otro cine silente. Los toros venían en barcaza  por el Orinoco desde Apure, Caicara y otros punto ribereño. En una oportunidad a Monedero se le ocurrió montar la lidia entre un toro y un caimán. Fue algo espectacular del cual estuvieron hablando los bolivarenses por mucho tiempo. Los espectadores pagaron entonces 5 bolívares sombra y tres gradas de sol. Los trinitarios, siempre tan cercanos a Ciudad Bolívar pidieron a Monedero probara suerte con los toros de la isla y allá fue a tener el 21 de mayo 1927 con la primera corrida dada en la fascinante tierra de los colibríes. Así consta en un cartel en ingles de Doña Flora Monedero de Espinoza, conservo dentro muchos otros papeles de su padre. Ella es la guardiana de la herencia, incluyendo las ruinas del Circo al que le han puesto sus ojos crematistas los corredores de bienes raíces tropezándose con la resistencia de la doña que prefiere la estrechez antes que salir de lo que considera una reliquia invalorable de los bolivarenses.

La muerte de Monedero consecuencia de un arrollamiento sufrido meses antes saliendo del Circo, falleció en Maturín don Víctor Monedero el 10 de octubre de 1961, pero sus restos fueron trasladados e inhumanos  en los Cementerios de Ciudad Bolívar. en esa ocasión vino de Maturín muchas gentes importantes, incluyendo a Alfaro Ucero, pues un hijo Homólogo de Monedero era para la ocasión miembro del CES de Monagas.

En agosto de 1987 cuando después de 40 años se reanudaron en Ciudad Bolívar  las corridas de toros en el Circo Portátil levantado con el nombre de “Circo La Macarena” a la entrada del Puente Angostura, el agrónomo Luis Thula Campos, presidente de la feria del Orinoco en cuyo marco se daba una corrida con el mataor Bernardo Valencia, se le entrego una paca a los falimiares e la que se reconoce a Víctor Monedero como iniciador de la afición taurina en Bolívar.

Según nos mostró doña Flora de Espinoza, la última corrida se escenificó en el Circo Monedero el 7 de agosto de 1949 con tres toros de lidia y uno para aficionados  a beneficio del Asilo San Vicente de Paúl.

“Los 3 primeros toros –agrega el cartel- serían por el famoso torero “Niño de la Palma” y el ya consagrado paisano Eduardo Melgar. Una banda de músicos amenizará el espectáculo. Médico de Plaza: Dr. Lino Maradei. Asesores técnicos: Elías Guerra y don Víctor Monedero”.
Personas que bien recuerda a Víctor Monedero es el joyero Luis Fernández, quien fue por mucho tiempo su vecino. Fernando dice que Monedero, aunque vivía obsesionado por los toros, también era periodista y poeta. Fundo los semanario “El Obrero”, y “Germinal” que editaba una pequeña imprenta de su propiedad y fue uno de los fundadores de la Sociedad Cooperativa de Artesanos y Obreros, sucesora de la Sociedad de Mutuo Auxilio, fundada por José Montenegro en 1915 y a la cual también perteneció Monedero.

Otra de las personas que bien lo recordaba era José Rosalino Flores, quien afirma que Monedero solía recitar de memoria importantes pasajes de Quijote. Era elocuente y siempre llamado para los discursos  en ocasiones importantes. El doctor J. M. Agosto Méndez, dijo en cierta ocasión que Monedero era “un intelectual disfrazado de obrero”. Venía esta frase a colación porque nunca el se desprendió de ese titulo con el cual tal vez empezó su vida anarquista voceando periódicos en la puerta del sol.


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