Médico internista, arqueólogo, pintor, docente de la Escuela de
Medicina de la UDO durante 34 años, miembro correspondiente de la Academia
Nacional de la Historia de la Medicina y autor de varias obras inéditas, entre
ellas, Evolución del Hombre en Guayana, Historia de la Medicina en Guayana e
Intoxicaciones por plantas y animales ponzoñosos.
El doctor Eduardo Jahn Montauban
nació en Caracas el 4 de octubre de 1931 y el 31 de mayo de 1998, a la edad de
67 años, falleció en Ciudad Bolívar, donde transcurrió y se afincó su vida
profesional desde 1962 cuando ingresó como docente de la Escuela de Medicina de
la Universidad d Oriente.
Su padre Gustavo Jahn, de
ascendencia germana, era ingeniero civil y agrónomo y su madre, Helena
Montauban, de ascendencia francesa (Burdeos).
Su bisabuelo, el padre del ingeniero y naturalista venezolano Alfredo
Jahn, quien visitó Guayana en 1897 para escribir su libro Hidrografía del
Orinoco y Río Negros, era casado con una
india timotocuica de los Andes.
El doctor Eduardo Jahn estaba
emparentado con los Liccioni en razón de que Roberto y María, ambos muertos,
eran hijos de Antonio Liccioni, casado con Helena Montauban, aficionada a la
pintura y tía de su madre del mismo
nombre.
Todos sus Estudios los realizó en
Caracas hasta graduarse en agosto de 1959.
Dos años después se casó con la ceramista Mercedes Segovia, con quien
tuvo tres hijos (Carolina (ingeniero), Mercedes Elena (psicólogo) y Eduardo
(médico).
Se graduó de médico cirujano y luego
presentó una tesis para optar al título de doctor en ciencias médicas. Estuvo dos años y medio ejerciendo como
médico rural en una zona llamada El Limón del Estado Aragua. El mismo tiempo lo empleó realizando un
postgrado de medicina interna y otros doce cursos asociados a su profesión de
médico internista.
Cuando Jahn cursaba el bachillerato
le daba por pintar, tal vez siguiendo la vena de su madre. Dada su inclinación, su abuelo, que tenía una
hacienda en la colonia Tovar, lo puso en manos de Tomás Golding, un pintor que
buscaba en el paisaje y la naturaleza impregnada de luz y color, la ruptura con
el academicismo de la época del
neoclasicismo. Eduardo siguió su estilo
y la temática del paisaje, aunque según el maestro, su pintura era de un
impresionismo solitaria. Tal vez por la
ausencia del elemento humano o su relegación a un segundo plano y es que para
Jahn, la naturaleza era como un dios
avasallante, muy dominante, que minimizaba la presencia del hombre.
Puede decirse que la pintura
artística fue la primera profesión que ejerció y, luego de graduado de médico,
nunca la relegó, de manera que además de médico a tiempo completo, docente de
la Escuela de Medicina, internista del hospital y una clínica, se ocupaba de las artes plásticas como
también de la arqueología, la antropología.
Escribía libros, investigaba, y rara vez se perdía un congreso o
seminario de medicina interna, enfermedades tropicales o de endocrinología.
El tiempo siempre le alcanzaba.
Metódico, organizado, disciplinado, puntual y fundamentalmente lógico y
racional, cualidades propias del científico.
Las paredes de su quinta ¨Kanaime¨ estaban colmadas de obras referenciales de su trayectoria
artística: El último horno de ladrillo
que había en Caracas pintado junto con Golding, quien tiene uno igual, pero de
colores más fuertes. Una semana después
al horno le pasaron tractor y en el sitio levantaron una urbanización
industrial. Luego, un paisaje de
Carapa, una estampa de la colonia Tovar donde vivió desde los dos meses hasta
los ocho años. Otro cuadro en la sala de
su casa, visión del hato Santa Rita.
Muy rara vez Jahn tomaba apuntes antes de pintar.. En su jeep de batalla siempre llevaba su
caballete, la paleta y una espátula que perteneció a su pariente el pintor
Martín Tovar y Tovar. Sí, porque Martín Tovar y Tovar, autor del lienzo de la Firma
del Acta de Independencia y de los murales del salón elíptico del
Palacio Federal, era tío de su madre Helena Montauban. Su bisabuela se llamaba Anita Tovar y
Tovar. Existe un retrato de ella muy
interesante, pintado por su hermano Martín Tovar y Tovar que está en el Museo
de Bellas Artes, donde aparece reclinada en una columna y en el fondo un
paisaje de la vieja Caracas.
Un mes antes de nacer la made del doctor Eduardo Jahn, su pariente
Martín Tovar y Tovar le regalaron a la mamá de ella un cuadro por el parto que
iba a tener. Ese cuadro es el mismo que
está en el Salón Elíptico que registra la muerte del General Manuel Cedeño,
atravesado por una lanza en la Batalla de Carabobo. Pero está copiado al revés. El cuadro original lo conserva Leopoldo, su
hermano menor.
Ellos eran cuatro hermanos:
Gustavo, el mayor, quien murió en accidente automovilístico ocurrido
(1971) en la autopista del Este de Caracas, coincidencialmente, el mismo día en
que se suicidó el connotado dirigente político Alirio Ugarte Pelayo. A él le sigue el doctor Eduardo Jahn. Después, Oscar, quien escribe para revistas
europeas sobre arte, especialmente cine.
Habla seis idiomas y vive en Caracas desde hace doce años cuando se retiró de la agregaduría cultural
de la Embajada de Venezuela en Roma.
Su otro hermano, Leopoldo, es ingeniero civil, dueño de una compañía
internacional de construcción, donde trabaja Carolina, la hija menor de
Eduardo. Leopoldo fue quien proyectó y
construyó la Plaza Monumental de Valencia en seis meses, cuando aún no había
cumplido los 30 años de edad. Asimismo,
la Catedral de Barquisimeto, con capacidad de 5 mil personas.
Una vez le pregunté al doctor Jahn
si pintaba para matar el tiempo y me respondió que ¨la pintura no es
cualquier cosa, es algo demasiado importante, algo que realmente me agrada y me
gusta¨. Siempre se negó a vender su
obra, prefería regalarla. Participo en
unas veinte exposiciones colectivas y en
tres individuales. Ganó varios premios,
entre ellos, Salón Bicentenario de ciudad Bolívar (1964), Premio Luis Caballero
Mejías (1966) y en 1969 el Premio Federación Médica Campesina.
Investigador arqueológico
El doctor Jahn estuvo tres decenios
realizando excavaciones arqueológicas en
Guayana para ubicar restos de antiguas misiones capuchinas desaparecidas y
también para determinar la edad de los
primeros pobladores de Guayana. Durante esas excavaciones logró acumular unas
seis mil piezas de cerámica, herramientas líticas, huesos humanos
antiquísimos y de animales prehistóricos
como el Megaterio y el Gliptodonte.
Tuvimos la ocasión de observar en su
invalorable colección una lámpara de cerámica de mecha y combustible que usaron
los aborígenes del Orinoco 500 años después de Cristo. La costra hallada en el interior del
artefacto era el residuo de un aceite, posiblemente de seje o huevos de
tortuga, según fue comprobado en la Universidad de Kioto, Japón.
En conferencias sostuvo que el hombre precolombino llegó a Guayana
hace 17 mil años, no obstante que los restos humanos más antiguos hallados en
la región datan de 900 años, pero no son completos. Es difícil que se conserven intactos debido a
que Guayana es región lluviosa y de suelos ácidos, lo cual hace que los restos
humanos se descompongan fácilmente.
Desde hace más de diez mil años sólo se conocen obras de piedra o
artefactos líticos. La piedra por
duradera es lo único que ha quedado como también el carbón que ese hombre
utilizaba porque conocía el fuego.
Las zonas más primitivas en las que
se han encontrado las obras de los primeros hombres llegados a Guayana son
hasta ahora Caroní Medio y el Norte de
la Gran Sabana, pero hace cuatro mi años florecieron en Guayana dos grandes culturas, no líticas sino
cerámicas. Tales fueron la
Arauquinoide, con asiento principal en Caicara del Orinoco y la Barrancoide que
tenía su asiento principal en el Delta.
La Medicina Tropical
Como parte de la medicina tropical,
cátedra que dictaba en la Escuela de Medicina, el doctor Jahn estudiaba los oficios
ponzoñosos de Guayana y en esta región llegó a ubicar el 78 por ciento de todos
los ofidios existentes en Venezuela, una tasa altamente impresionante.
Al doctor Eduardo Jahn, quien
conocía todas las serpientes del país por haberlas tenido en el Bioterio de la
Escuela de Medicina de la UDO, lo que le interesaba con relación a los oficios,
era la parte médica. En consecuencia,
sus estudios en esta materia estuvieron afincados en el veneno de los oficios,
especialmente en la cascabel de la parte acá del Orinoco, por causar su
mordedura insuficiencia renal, lo cual no se ve en casos relacionados con la
cascabel de otras partes de Venezuela, donde los accidentes están subrayados
por sangramiento. Es una realidad
curiosa que lo llevó a detenerse en el estudio a fondo de esta sustancia que
pone en peligro el sistema renal.
Esta materia de los oficios la
comenzó el doctor Jahn en 1975 y dejó de dictarla al ser jubilado en 1993
cuando cumplió 34 años como profesor de varias materias de medicina, entre ellas,
las que corresponden a la medicina tropical
Lo jubiló la Escuela de Medicina, no así el Hospital Universitario Ruiz
y Páez dependiente del Ministerio de Sanidad, donde impartía ciencia clínica a
patrullas de estudiantes.
Pero si bien la Escuela de Medicina
lo jubiló en el 93, se vio obligada a contratarlo al año siguiente para que
dictara Historia de la Medicina, una materia que toda la vida le fascinó hasta
el punto de ser admitido como miembro de la Sociedad Venezolana de Historia de
la Medicina. También era miembro correspondiente de la Academia Nacional de
Medicina y miembro de la Sociedad
Venezolana de Medicina Interna y Endocrinología y Metabolismo.
Escribió tres libros que permanecen
inéditos: Evolución del Hombre en Guayana que finaliza con 416 microbiografías,
prologado por el doctor Ricardo Archila; Intoxicación por plantas y animales ponzoñosos, prologado
por el doctor Enrique Tejera Paris y finalmente, Historia de la Medicina en
Guayana, del cual extrajo un opúsculo publicado por el Colegio de Médicos del
Estado Bolívar con motivo de su cincuentenario el 22 de enero de 1992.
El Museo de Ciencias
El doctor Eduardo Jahn concibió el proyecto de un Museo de Ciencias
para Ciudad Bolívar, presentado en agosto de 1975, a la Comisión Organizadora
designada para tal fin por el Gobernador Manuel Garrido Mendoza y de la cual
era él Secretario Ejecutivo. Por
adelantado, el doctor Jahn puso a disposición del museo su colección
arqueológica y un importante material biológico de su propiedad.
Este Museo arrancó muy bien con el
apoyo total del Gobierno Regional que adquirido para el mismo los antiguos
terrenos de la Cervecería de Ciudad Bolívar y se contrató al arquitecto
Sanabria para el proyecto del edificio.
Lo cierto es que los gobernadores
que sucedieron a Garrido Mendoza no han querido continuar la ejecución del
Proyecto y una partida que se supone existe en la Ley de Presupuesto la estaría
percibiendo el Museo de Ciencias de Caracas.
Importante la contribucion del Dr. Eduardo Jahn M. y su ascendencia a las ciencias y artes de Venezuela.
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